La escultura, a diferencia de la pintura, es una representación tridimensional y no necesita recurrir a trucos visuales para lograr su adecuación a la realidad, aunque sí tiene que tener en cuenta su emplazamiento para que la realidad no quede desvirtuada por la distancia o la altura en que se coloque la escultura.
Se llama escultura al arte de moldear el barro, tallar en piedra, madera u otros materiales, figuras en volumen. Es una de las Bellas Artes en la cual el escultor se expresa creando volúmenes y conformando espacios. En la escultura se incluyen todas las artes de talla y cincel, junto con las de fundición y moldeado, y a veces el arte de la alfarería.

escultura abstracta


A lo largo de la mayor parte de la historia de la humanidad, la mayoría de personas eran iletradas, y la escultura cumplió también una función didáctica o pedagógica, para explicar al pueblo determinados acontecimientos o conceptos. Así, en la Edad Media, en la época del arte románico, es frecuente referirse a los relieves de los tímpanos de las portadas como «catecismos pétreos» o «biblias en piedra», ejecutados para ilustrar a la población analfabeta.



La función ornamental puede estar ligada a alguna de las otras funciones, aunque a veces puede ser el objetivo principal, como ocurre con la decoración vegetal o la geométrica. En los estilos anicónicos, como el islámico o el hebreo, cumple un papel fundamental. También en gran medida la escultura del siglo XX, sobre todo la abstracta, cumple principalmente esta función.
Los antiguos griegos y romanos plasmaron en sus estatuas su concepción de 'belleza ideal', aunque la escultura como obra de arte, con valor propio, es un concepto moderno.